Hay cosas que tiramos por sístema y nos podrían servir, como
la piel de la naranja.
Huele estupendamente y cuando se
seca sigue teniendo un aroma muy agradable.
Es muy sencillo:
Solo tienes que pelar la naranja en forma de espiral sin que
se rompa la piel.
Cuando la tengas cortada, la vas enrollando sobre sí misma,
hasta formar la flor y la dejas secar.
Tendrás unas bonitas flores para usar en cualquier tipo de
decoración.
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