Todo empezó en
1963 con una película del mismo nombre. La pantera rosa era un diamante de
color rosa.
Para los títulos
y los créditos de la película se encargó una animación a un conocidísimo ilustrador
(el gato Silvestre, Piolín y Speedy González salieron de sus lápices).
Solo le
pidieron tres cosas que fuera muda, rosa y graciosa. Y apareció nuestra pantera,
delgada, muy metódica e inteligente, elegante, simpática y por supuesto rosa.
Lista para
meterse en todo tipo de líos.
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